“MONADI” de Edi Sanna
En mi trabajo “Monadi” son presentes dos núcleos suspendidos compuestos a partir de unas 600 pequeñas forma en yeso que representan el fruto de Medicago Orbicularis.
Un núcleo “Amor” es una esfera y por lo tanto es armónico. Es la Mónada, en homenaje al genio de G.W. Leibniz. Cada frutos (cada Mónada) que la compone se enfrenta con los otros frutos. El intercambio, entre el conocimiento que ellas posee, que las caracteriza, es la reconstrucción del conocimiento universal, que es Amor.
El otro núcleo “Muerte” es caótico. Debajo de él algunos frutos destruidos, dispuesto como soldados a formar una cruz. El deseo es que desaparezca este símbolo del sufrimiento. Para esto la invitación a cada espectador que tome un fruto de la cruz, de modo que ésta desaparezca. El multiplicarse de cada acción se convierte en una acción mágica que abre a la paz.
Amore e MorTe, “AMor(T)e”, (Amor y MuerTe).
Quiero difundir esta mi visión de Amor; visión como fruto de la hierba médica. El amor que no tiene forma, no se toca pero hay; Amor se mira, se siente fuerte dentro; y principalmente en el momento vital en el cual se enfrenta el otro lado de la medalla: la Muerte. No la muerte en el cuerpo pero aquella muerte que es la desaparición desde el propio corazón.
Es de Leibniz la idea para la cual el decir “te amo” es reductor, sería mejor decir…
“Deseo que usted sea feliz conmigo”. Sobre esto quisiera hablar.
La hierba médica, alfalfa (Medicago Orbicularis), que se representa en este trabajo, es la hierba comida de las vacas al pasto y que plantan los campesinos después de que la colección del trigo para enriquecer la tierra con nitrógeno. Esto es nativo en el Mediterráneo y en el Oriente Medio y une a partir de milenios estos lugares, bajo de la naturaleza; he encontrado que esta planta en la mí viajes en Turquía, Grecia, Siria, Croacia, España y Italia.
Su fruta es muy pequeña, mide un solo centímetro de diámetro; así es muy difícil verla, y se camufla en el prado, asumiendo el mismo color al cambio de las estaciones. La forma del fruto de esta planta me ha fascinado porque es la representación tridimensional del espiral; mientras que en geometría, el espiral no tiene sólido que lo desarrolla.
En el mío profundizado estudio de la forma de este fruto (que he llamado spiraledro) lo he observado, diseñado, modelado en los varios materiales, descubriendo la cara menos visible: entre lados caras de espiral de este sólido, hay una tercera cara que evidencia unas líneas paralelas. Observándolas podemos ver que su claroscuro es muy evidente; en el contraste entre luz y sombra, se define una línea invisible que es el límite de ellos; así como se define muy bien el límite entre la vida y la muerte.
Este límite es un lugar en el cual luz y sombra se acercan y se encuentran. Es el lugar en el cual sucede el intercambio de conocimiento entre los dos elementos opuestos. Las diferencias en la comparación se moderan y LA temperancia permite el perpetrar de la vida, tal como sucede en la naturaleza. En este lugar luz y sombra se ponen en contraste.
Aquí hablan sobre Amor-T-e (Amor y Muerte), T como cruz, como el sufrimiento.
En la forma de este fruto el espiral, el símbolo de la vida, nace de un punto en el centro, se evolve y continua por el otro lado hasta el punto desde el cual nació, donde parece que muera, pero de este punto recomienza su recorrido, con una forma tal como 8, que es así un ciclo continuo.
Quise representar la Teoría de las Mónadas de Goffried Willielm Leibniz (filósofo matemático del `700) con el fruto de Medicago Orbicularis, porque la forma de ese fruto, spiraledro, enseña en el misterio de la vida. G.W. Leibniz teorizaba que todo el universo y el suyo creados, están compuestos de elementos básicos cada uno igual a l’otro, que se constituyen de una parte infinitesimal de conocimiento universal. Y aquí está en que diferencian entre ellos: cada elemento contiene una diversa parte de conocimiento. Así toda la totalidad de las Mónadas compone la gran Mónada, el Conocimiento Universal, es decir Dios.
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